CLARO QUE HAY SOLUCIÓN, SÓLO QUE AÚN NO LA HAS ENCONTRADO

viernes, 8 de julio de 2016

Que en tus dulces no haya grasas

Esto que te voy a escribir hoy me ha obligado a repasar el ebook "Piensa y Adelgaza" y volver a reescribir una parte porque es un sorprendente descubrimiento que me ha parecido muy valioso incluirlo. Hace relativamente poco se ha hecho un estudio sobre ratas que ha arrogado una interesante conclusión. En el estudio se seleccionaron tres grupos de ratas: el grupo "glucosa", el grupo "queso" y el grupo "tarta de queso".

Al grupo glucosa, se le alimentó, como es lógico de azúcar. El grupo queso sólo comió grasas y el grupo tarta de queso comió una mezcla de las dos. Tras el estudio, se descubrió que las ratas "glucosa" y "queso" comían sólo lo que necesitaban para estar saciadas pero las pobres ratas "tarta de queso" no podían parar de comer y llegaron a la obesidad. La mezcla fatídica de grasas e hidratos de carbono provoca que el sistema de recompensa se atrofie llevando a una ingesta desproporcionada de estos alimentos.

Si observas, todos los alimentos de los que te resulta muy difícil librarte, son una exquisita mezcla de estos dos ingredientes. Piensa en cualquiera y te darás cuenta de que tienen una mezcla: hamburguesas, pizzas, tartas, nata montada, helados, chocolate (especialmente el chocolate con leche que es el que más gusta), bocadillos, platos con salsas e incluso hasta las ensaladas.... absolutamente todos tienen una mezcla de estos dos ingredientes y la consecuencia de eso es que no puedes dejar de comerlos.

Por eso, he aquí una nueva norma que debes introducir en tu dieta para siempre y es que cuando comas grasa, sólo grasa y cuando tomes hidratos de carbono, sólo hidratos. Es una norma muy difícil de aplicar, ya te lo dice la poca experiencia que llevo y el motivo es que la mayoría de los platos del almuerzo tienen una peligrosa combinación de ambos. Así que no podrás ser estricto pero intenta ser lo más estricto posible.

Si tienes ganas de dulce, toda exclusivamente dulce: avena con miel, frutas, arroz integral con miel de caña o sirope de ágave... en fin, todo lo que se te ocurra pero que lleve cero grasas. Lo notarás enseguida porque no está tan sabroso y el apetito se te va enseguida. Te parecerá excesivamente dulce y eso es muy bueno porque querrás terminar enseguida.

Lo mismo te digo de las grasas: combínalas con proteínas pero nada más (muchos vegetales tienen hidratos). Estos alimentos te costarán mucho más trabajo porque a un aguacate podrás echarle aceite de oliva pero no a un tomate, como tampoco  a una paella o a unos macarrones. Resulta casi imposible aderezar una ensalada sin aceite. Si no puedes evitarlo, procura que la proporción de aceite con respecto a hidratos sea la menor posible.

Si no está endiabladamente sabroso vas por buen camino. Te diré por qué. Imagínate que coges la nata de la leche y te la bebes tal cual.... estoy segura de que no te parecerá atractivo. Ocurre lo mismo con el azúcar. Comerte un terrón de azúcar resulta muy desagradable... sin embargo no dejarías de tomar una buena nata montada azucarada ¿a que no? Pues ya sabes cuál es el motivo y también sabes que por esa razón... debes aportar por lo que no está tan bueno.


Descarga la quía a través de este enlace: Piensa y Adelgaza

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